sábado, 7 de junio de 2014

Estados que marcan.

Hace escasos días, en clase,  nuestro profesor Miguel Sola nos proyectó la siguiente imagen:





En ella podemos apreciar 9 caras con distintas expresiones, de las cuales teníamos que elegir una o dos con las que nos sentíamos identificados respecto a lo vivido en su asignatura.

A mi personalmente se me hace bastante difícil elegir solo una, ya que me veo muy reflejada con dos y no sabría cual descartar, pues ambas me traen a la memoria estados que han marcado esta etapa de mi carrera.  

Las caras son las siguientes:

-Cara número 2:

 Pienso que esconde una reflexión, quizás cuando se esta modificando el pensamiento acerca de un tema, mientras estas dialogando o escuchando a otra persona, que en parte es la que te incita a cambiar dicho pensamiento. Una cara de confusión, de duda, de certeza ante lo que estas escuchando.
Me siento identificada con ella, porque al principio del cuatrimestre pensaba de una manera y tenía una actitud completamente diferente a la que tengo a día de hoy.
Mi pensamiento y mi actitud se ha modificado gracias al dialogo en clase, debates, documentos leídos a lo largo del curso, y sobre todo por las argumentaciones del profesor, todo esto por supuesto mirando que se corresponde con la realidad.
Cuando hablo de la idea que ha sido modificada me vengo a referir a que todos alguna vez en la vida hemos pensado que los exámenes no sirven para nada, o que en la escuela se imparten muchos contenidos innecesarios, que no nos son productivos para el día a día, pero yo pensaba que tenía que ser así y que esto nunca podría cambiarse.
Ahora tras haber investigado más sobre el tema no solo pienso que si que puede cambiarse (porque ya soy consciente de que no todos los profesores imparten sus clases con el método tradicional), si no que debe cambiarse, que tiene que cambiarse.
Mi actitud también ha variado, pues antes ni se me pasaba por la cabeza intentar hacer nada contra esto, ahora que he leído ,que he escuchado y que he visto, es cuando me veo en la obligación de involucrarme yo también en el tema. 


-Cara número 8:

Refleja frustración, preocupación, indignación, agobio, por algún tema.
Así es como me siento a veces al ser consciente(y cada más vez conforme iba avanzando el curso) de las injusticias que la escuela comete con los alumnos, de ver como precisamente que a los que más necesitan de nuestra ayuda es a quienes más impedimentos le ponemos. Indignación por saber que hay profesores que son sabedores de que los alumnos no están aprendiendo nada en sus clases y saben perfectamente que el modo en el que imparten las clases no es el correcto y aún así no hacen nada para cambiarlo, maestros conformistas y acomodados.
Maestros que no se preocupan por la educación verdadera de los alumnos.
Preocupación de ver como se les esta quitando poco a poco la ilusión a muchísimos alumnos, ilusión por aprender, por ir a la escuela.
Se les esta quitando a los niños la oportunidad de aprender, de interesarse y estamos aquí cruzados de brazos, bien.
Agobio de ver que tenemos que actuar cuanto antes y que en nuestras manos puede estar cambiarlo, pero aún no se como actuaría,como hacerlo de una manera efectiva porque precisamente las leyes nos los impiden en parte, ahora mismo pienso que una de mis dos armas es el dialogo, tanto con gente que piense así, pues de este modo podré formarme aún más, y con gente que piense todo lo contrario, a favor del método tradicional, pues quizás a través del dialogo, siempre con argumentos, podamos lograr algo. Mi otra arma y pienso que la más poderosa es creer en mi misma. 


Parece y es muy difícil pero espero que con el paso de los años este mucho más formada en este tema, con más argumentos, más información, más pautas y con las ideas aún más claras.

viernes, 30 de mayo de 2014

"Que salgan preparados".. Las notas no son el camino

Sin duda alguna es el tema que mas me ha hecho pensar, dudar, un tema muy complicado, muy complicado en parte también porque estamos tan acostumbrados a poner notas que el imaginarse como hacer para evaluar correctamente hace que tu cabeza se convierta en “una olla a presión”.
Sí, de eso hablaba, de evaluar, de la evaluación que por cierto nada tiene que ver con calificar, no nos confundamos.
El problema reside como he dicho anteriormente en la costumbre, pero una tradición que no hace ningún bien a esta sociedad.

¿A dónde queremos llegar? ¿Cuál es el fin que queremos obtener con los alumnos en la escuela?
Muchos dirán que los alumnos aprendan, que salgan preparados, pero primero entonces los encargados tienen que mirarse bien que es eso del aprendizaje y que es estar preparado, pues de lo contrario si no lo tienen claro, estaríamos en una gran mentira, que por cierto lo estamos.
Quizás si lo sepan, quizás si sepan que nada tiene que ver aprender con hacer pleno en un examen, pero me da que nos conviene más hacernos los tontos, y así nos va.

Antes decía que muchos responderán a la pregunta qué fin queremos para la escuela, que los alumnos salgan preparados, otra tontería más, digo tontería porque estoy segura que no se refieren precisamente a preparados para afrontar situaciones reales por si solos, para hacerlos capaces, libres, maduros, responsables, etc. Pienso que lo tan escuchado “que salgan preparados” se refieren a que en el siguiente curso, o en la siguiente etapa educativa, sean capaces de volver a memorizar miles de contenidos para “soltarlos” luego en eso que llamamos exámenes, que estos a su vez nos harán pasar a otra etapa, y así sucesivamente y nos tiramos toda la vida jugándonosla al azar.

Lo cierto es que finalmente no nos acordamos de nada. ¿Alguien me explica para que nos han preparado?
Nos lo dan todo hecho, listo para memorizarlo, pero no nos hacen reflexionar, no nos hacen dudar, pensar, no se debate, y así jamás aprenderemos nada.
Me ha gustado mucho una frase del texto “A vueltas con los exámenes como método de evaluar” de Fernando García Gutiérrez (http://poezia.es/blog/10/05/2012/a-vueltas-con-los-examenes-como-metodo-de-evaluar/ ) que dice lo siguiente hablando de su método de trabajo, en contra de los exámenes y haciéndolos responsables de su propio aprendizaje:
“Pero ahora son un poco más dueños de su propia vida. No hay meta más alta”
Es triste y duro que vayamos a la escuela para poder pasar de etapa y se olvidan de enseñarnos de verdad.


En clase el otro día mi profesor Miguel Sola decía que poner notas era una forma de organizar la disciplina en el aula, nada que ver con la pedagogía, con los conocimientos, con el aprendizaje.
Estoy completamente de acuerdo, pues es imposible olvidar las miles de amenazas de diversos profesores como “a que te suspendo”, “te voy a bajar la nota”, todo para conseguir una disciplina donde no tengan ellos que hacer mucho más que levantarse de la silla y leernos lo que pone en los libros. Con esos dichos ya demuestran para lo que van a la escuela. No se puede ser arbitrario.
En definitiva las notas no hacen nada bueno en la escuela, no miden nada más que la memoria, y ese no es el fin.
A esto le sumo una frase del artículo de Paco Espadas“Enseñar y aprender sin calificaciones ni suspensos” (http://escueladeciudadania.blogspot.com.es/2011/07/ensenar-y-aprender-sin-calificaciones.html)  que dice:
“No es cierto que con las calificaciones estemos atendiendo las necesidades de aprendizaje de nuestros alumnos y alumnas”.

Y es que nada tiene que ver las notas con el aprendizaje. De hecho el aprendizaje no puede medirse. ¿Y el aprendizaje no previsto medible? ¿Y los no previstos no medibles?, pero ¿Y los previstos no medibles?
 ¿Acaso somos alguien para juzgar mediante un número si una persona ha aprendido? Quizás no sepa uno mismo que está aprendiendo, menos lo va a saber cualquier otra persona.


Tenemos que ser conscientes de lo que esto supone, de lo que supone calificar, no es ninguna tontería, ya que mediante las notas conseguimos excluir y clasificar a muchos alumnos, probablemente a los que más necesiten de nuestra ayuda, aparte de que son segregadoras y no sirven para nada más que para justificar, y esto no es precisamente lo que queremos para nuestros alumnos, ¿No?
Sabemos que así no estamos consiguiendo que nuestros alumnos aprendan que es al fin y al cabo el único y verdadero fin de la escuela.

Luchemos por lo que no es justo, no podemos permitirnos el lujo de seguir así toda la vida, cruzados de brazos.



La ley nos obliga a poner un numerito a final de curso, tristemente no podemos evitar esto, pero si podemos hacer que esa nota no sea la de un examen, una nota que no mide más que la memoria” notas que hunden a los alumnos y que los desilusionan.
Lo que si pienso que estamos obligados y es muy necesario es a evaluar, como he dicho antes nada que ver con calificar, poner notas. De este modo estaremos ayudándolos, aconsejándoles para mejorar, elaborando juicios de valor con criterios, siempre para ayudar al alumno, por un bien.


Los tiempos cambian y la educación también tiene que hacerlo, no podemos quedarnos anclados en tiempos atrás y más cuando no supone bien alguno.

Para terminar me gustaría hacerlo con esta gran frase del pedagogo José Gimeno Sacristán, un pedagogo crítico, muy comprometido con la modernización, innovación y mejora de la educación.

Cuanto más complejo, profundo, rico y variado es el aprendizaje, menos se puede medir y cuando aplicamos la lógica de la medida con la enseñanza, desvirtúa el carácter educativo del aprendizaje”

miércoles, 23 de abril de 2014

Conciencia social

Después de haber leído el magnifico artículo “Debe ser que eres maestro o ni falta que me importa”, te das cuenta de las auténticas barbaridades que habla la sociedad sobre los maestros, tristes barbaridades.


Por ello es magnífico pero a la vez preocupante, tienen a los maestros como vagos, como ignorantes y a la carrera como una carrera para darse un paseo, pero, ¿Porqué los maestros? A lo largo de mi vida me he topado con vagos e ignorantes y no precisamente en las escuelas. No podemos generalizar.
La gente ajena a esta profesión, aquí si me atrevería a decir que son plenamente ignorantes de lo que se cuece dentro de la carrera de magisterio, plenamente ignorantes de lo que se cuece en la cabeza de un buen maestro.
Lo sencillo, lo fácil, para no calentarse mucho el coco, es pensar que se aprenden cosas repetidas que ya estudiaste con anterioridad en la primaria. Espero que los que piensan así no sean los que usan el calificativo “ignorantes” o “vagos” para referirse a los maestros.


En pleno siglo XXI el maestro ya no actúa o no debería actuar solo como un transmisor de conocimientos, para que luego los alumnos nos devuelvan toda la información que nosotros mismo le habíamos explicado, y así poder calificarlos. No. No creo que así aprendan nada, así todos somos maestros.
Las tecnologías han evolucionado y nos ahorran y facilitan mucho trabajo pudiéndolo aprovechar en formar verdaderamente a personas, con la ayuda por supuesto también de estas.
Como dice el texto “Un profesional de la educación se forma en la actualidad para que sea un profesional de la enseñanza y el aprendizaje, no para ser wikipedias vivientes”, y esto conlleva su trabajo, una buena formación y, ojo, una formación permanente.
Hay que reflexionar día a día sobre como podemos hacer de nuestros alumnos personas que sepan manejarse en situaciones reales de incertidumbre, en hacerlos capaces, en formar a personas criticas, personas responsables, personas interesadas en el mundo que les rodea. Personas con sed de aprender.

Es una lastima que no se valore la labor del maestro, porque al fin y al cabo son formadores de personas, y esto no es broma.

Pienso que la culpa principal de que se tenga este concepto de los profesores tan generalizado viene desde “arriba”, sí, desde las leyes. En el artículo de Miguel Sola
 “Desmotivados con motivos”, podemos observar una serie de motivos por lo que el docente pueda encontrarse desmotivado ( que por cierto, ellos también tienen derecho y pueden desmotivarse, y más cuando los motivos no son” moco de pavo”)  Aún así creo que son muchos los profesores que siguen manteniendo intacta esa ilusión, no podemos permitir que sea apagada por tales injusticias. Sabemos nuestros objetivos y seguiremos luchando por ello.


En segundo lugar parte de la culpa de que el profesor no sea respetado por sus alumnos, y que cada vez tenga menos autoridad reside en las familias.
Los padres de los alumnos ahora se han convertido en defensores incondicionales de sus hijos. Ante malas notas, castigos en las escuelas, etc., los padres acudirán al colegio en defensa de sus hijos y con una actitud un poco inadecuada. Esto antes no pasaba.
De este modo los niños toman ejemplo de sus padres y así es imposible conseguir que el maestro no carezca de autoridad.

Entre unos y otros el papel del maestro es cada vez más pisoteado.


Como bien dice el artículo de Carlos Morón, profesor en el departamento de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Málaga, tras hacer la prueba a alumnos universitarios de diversas carreras, la cual consistía en responder a diez preguntas de 1º de ESO , y que resultó obtenerse una media general de 2,48 sobre 10, los alumnos indignados empiezan a tomar conciencia del problema( los contenidos de niveles anteriores no lo han aprendido, sino que lo han memorizado, además que no le han sido útiles con el paso de los años) y a partir de aquí es cuando se inicia el cambio en el modelo educativo.
Quizás debamos llevarle esta prueba también a nuestro querido ministro de educación Wert, a ver si así, tras realizarla se de él también cuenta que las bases tan escuchadas (los contenidos) que hacen que nos exprimamos la cabeza, deben cambiar.


Y yo digo que ante todo esto y por supuesto ante muchas más cosas hace falta conciencia social. 

No todo está en los libros

Tras leer el articulo “Competencias básicas” cuya autora es María del Mar Sánchez, me gustaría dar mi opinión sobre este tema.

En primer lugar decir que yo tampoco sabría definir a ciencia cierta lo que es una competencia, pero hay una cosa que veo clara, y es que hay otra manera de hacer las cosas.


Cuando hablamos de competencias, los contenidos conceptuales (el saber), procedimentales (el saber hacer) y actitudinales (el saber ser), no deben encontrarse como tareas independientes, sino que tienen una estrecha relación entre ello, por lo tanto no debemos separar.
No podemos hablar de competencia sino se incluyen estos tres niveles, y para trabajarlos todos la metodología debe cambiar, el típico modelo técnico no basta, no es suficiente.


Es muy fácil como maestros llegar a clase, soltar una clase teórica (siendo plenamente conscientes de que la gran mayoría no tiene ni idea de lo que se esta hablando ni para que sirve) e irse para casa, porque claro ya han cumplido con su obligación. ¿Estos “maestros” (porque así todos podríamos colgarnos el cartelito de que lo somos) tienen su conciencia tranquila sabiendo que sus alumnos no están aprendiendo nada productivo?
Es muy cómodo cuando ya uno tiene un puesto fijo y se encuentra acomodado. Después nos quejamos del fracaso escolar y de que nuestro sistema educativo no va bien, excusándonos siempre de las malas leyes que tenemos (las cuales no son tampoco de mi agrado y entiendo que sean totalmente desmotivadoras), pero muchos no ven que el cambio empieza por ellos, o mejor dicho no les interesa verlo.
Este tipo de profesores son los que no trabajan los tres niveles de los que antes hablaba, lo que da lugar a que toda la teoría enseñada no les servirá para nada. 
Pienso que la teoría debe de ser una herramienta precisamente para comprender la práctica. Esto podemos observarlo en los ejemplos del marinero y los nudos que se reflejan en el artículo.
Hay que llevar al alumno a situaciones lo más posiblemente parecidas a la vida real.
Como dijo en clase mi actual profesor Miguel Sola de que sirve explicar teóricamente  como se abre una puerta, siendo mucho más fácil levantar al alumno de la silla, ponerlo frente a la puerta y enseñarle los movimientos para abrirla… y es cierto, a veces hacemos las cosas mucho más difíciles de lo que realmente son.


La práctica es muy importante para luego hacer frente a las situaciones reales, que es donde verdaderamente tenemos que saber actuar. De nada nos sirve saber mucha teoría, si luego no sabemos llevarla a la práctica en la vida real, en situaciones reales.
Hablando de esto se me viene a la memoria cuando el otro día en clase nuestra profesora preguntó que si un extranjero entraba por la puerta cuántos podríamos mantener una conversación con él en inglés. Solo tres de unas sesenta personas aproximadamente levantaron la mano, entonces, ¿Qué es lo que pasa? Nos llevan enseñando inglés desde los cinco años (apurando desde los 3) y después de más o menos quince años no sabemos hablarlo correctamente. ¿Para qué nos ha servido tantos y tantos exámenes de gramática y tantísimas clases teóricas? ¿Qué diferencia hay ahora de quien sacó un 4 y quien sacó un 9?
Está claro que los maestros son conscientes de este problema, no somos tontos. ¿Duermen tranquilos sabiendo que ellos pueden cambiarlo?

Pienso que los maestros son parte del problema, pero si quieren serán parte de la solución.
Por supuesto todo lo dicho no es generalizando a todos los maestros, ya que soy plenamente consciente y testigo de que existen maestros completamente contrarios, entregados y dispuestos a cambiar el método, esforzándose día a día para mejorar los resultados y no precisamente en los exámenes, aunque sea un porcentaje menor, pero eso sí, con muchas ganas de trabajar y bien formados.


Para acabar mi reflexión me gustaría hacerlo con un párrafo del texto de María del Mar.


“El mundo nos exige un cambio en todos los niveles escolares, entendamos o no entendamos lo que es una competencia, está claro que va más allá de la clase tradicional”.

viernes, 4 de abril de 2014

La sociedad digital y la importancia de las TICS en la eduación





Tras ver este magnífico video de Genis Roca, uno de los mejores que he visto sobre tecnologías, en el que resume tantos años de la historia en los que logramos ver verdaderamente como ha cambiado la sociedad en cuanto a tecnología se refiere, y es realmente alucinante.

Es un video que llama mucho la atención no solo por el toque de humor que tiene, sino también como vemos los grandes avances tecnológicos que han existido y las consecuencias que han tenido en nuestra sociedad.

Cuando hablamos de cómo ha mejorado la tecnología, la mayor parte de la gente automáticamente piensa en móviles, redes sociales y ordenadores, pero por suerte esto es solo una parte de los adelantos que hemos sufrido en los últimos años.

Como bien dice Genis Roca “Una tecnología es relevante en la medida que altera el sistema productivo. Cada vez que una tecnología ha modificado el sistema productivo, ha tenido consecuencias relevantes en el modelo social”

Ha habido muchos nuevos aparatos digitales a lo largo de la vida, pero no todos han sido relevantes, no todos podemos considerarlo innovación.

Hay personas que no ven los cambios que suponen la entrada de un nuevo “chisme” en la sociedad, no solo viene a sustituir a otro, o intentarlo, sino que produce cambios en los trabajos, casas, escuelas, sistema productivo, etc.
No son conscientes de la oportunidad que suponen, también para nuestra formación.
La gente debería de tomar conciencia y aunque sea adquirir un mínimo de conocimientos en los nuevos aparatos digitales, en la nueva tecnología, ya que no solo vale tener esa tecnología, sino que hay que tener habilidades, actitudes y conocimientos. Saquémosle provecho. 

Es impresionante como Genis Roca hace una comparación desde la época de su abuelo hasta la de sus hijos, pasando también por su padre y por él. Vemos claramente una evolución enorme para los pocos años que lo distancian.

Gracias a los aparatos digitales somos libres de acceder desde nuestras propias casas a cualquier tipo de información, y no solo esto, sino también de generar contenidos y publicarlos.  Al igual que podemos  tener aparatos como cámaras fotográficas antes impensables, impensables porque solo las tenían los profesionales dedicados a eso, ahora cualquiera puede adquirir un aparato de calidad.

Estamos en plena era tecnológica, estamos en plena era de la información y esto solo acaba de empezar.






Ahora me gustaría tratar también la importancia de las TICS en la educación, por ello adjunto este interesantísimo  video que habla de la importancia de estas y lo que suponen para la escuela.




Vemos la enorme importancia que tienen las tecnologías en la escuela, la importancia de la colaboración, y como se plantea un cambio de actitud y de los procesos pedagógicos.

Los años han pasado y los medios han cambiado, así que no podemos seguir dando las clases de la manera tradicional. Desde los primeros años de la escuela, la metodología y contenidos no han variado nada ¿Cómo es esto posible? Esto hay que cambiarlo urgentemente, pues ahora la vida no es como en el siglo XIX. La medicina, la informática, las tecnologías han cambiado, pero ¿Y la escuela?

Como bien dice Alejandro Piscitelli( Consultor Organizacional en Internet  y Comunicación Digital)  “La escuela es muy dividida, muy formalista, transmite contenidos tradicionales que vienen de siglos atrás y no están conectados con los problemas reales”


Me ha llamado mucho la atención también el método del "conejo aprendiz", donde vemos primero los niños aprendiendo en contacto con la naturaleza y no en las aulas como solemos estar acostumbrados, y después van a la clase y en sus tablets hacen actividades referentes a lo que le han explicado, pienso que es un modo mucho más eficaz y motivador para los alumnos.

Desde mi punto de vista las tecnologías suponen una oportunidad para la mejora de la formación de los niños, no solo porque resulta más motivador para ellos el trabajar a través de un aparato digital que tiene animaciones, sino del enorme banco de información del que disponen , haciéndolos partícipes de su propia formación. Alumnos más innovadores. 

En cambio existe un problema, un problema de conciencia social y por supuesto de falta de formación. ¿Abusamos de la tecnología? La respuesta en mi opinión es que si. En Andalucía se reparten todos los años un portátil a cada alumno de la educación primaria, muy buena idea, pero muy buena idea cuando se aprovecha, cuando se sabe aprovechar, cuando sirve verdaderamente para trabajar con ellos,no para que los alumnos los tengan metido en un cajón de sus casas,suponiendo así una perdida tonta de dinero, ¿ Para qué nos sirve que nos regalen aparatos si no lo aprovechamos? Hay que solucionar esto y no derrochar por el hecho de decir ya dispongo de tecnología, pues eso no lo es todo.        
    
Por otro lado pienso que es muy importante no solo formar al alumno y enseñarle cómo usar estos medios, sino también a sus familias, pues seguramente carecerán de conocimientos y usos digitales más aún que sus hijos, quizás necesiten más ayudas que los pequeños, pues como bien dice el video somos nativos digitales. Es muy importante que los niños vean también a sus propios padres como consumidores de las tecnologías. La involucración de la familia es fundamental para el aprendizaje del alumno.

Otro aspecto que considero de gran importancia entre muchos del video, es el aprendizaje por proyectos y no por materias sueltas que menciona Alejandro Piscitelli,
Muy de acuerdo también con su idea de multiplicar los docentes dentro del aula, pues como he dicho en reflexiones anteriores me parece una forma mejor para poder atender con más atención a los alumnos, lo que mejorará su aprendizaje.

En cuanto a la evaluación comparto su opinión que está centrada en la repetición y no tenemos que enseñar para evaluar, sino para aprender.
Para que todo esto se lleve a cabo es imprescindible que los maestros estén muy bien formados.

“Enseñar a aprender” Raúl Katz.



viernes, 14 de marzo de 2014

¿Qué escuela queremos para la sociedad en la que vivimos?


Contestar a la pregunta qué escuela queremos para la sociedad en la que vivimos, parece muy difícil de contestar a simple vista, debido a las diferentes opiniones que la gente tiene.
A continuación voy a dar mi punto de vista sobre lo que para mi sería una escuela ideal.



En primer lugar me gustaría tratar el tema sobre las escuelas públicas y privadas.

Soy una persona que apoya la diversidad, la igualdad, pienso que todos tenemos derecho a una educación, una educación igual para todos. Es este uno de los puntos por lo que me declino enormemente hacia las escuelas públicas, ya que como todos bien sabemos las privadas seleccionan a su alumnado, en cambio las escuelas públicas aceptan a toda clase de personas, independientemente de la raza, la religión, la ideología, la cultura, o la situación económica de su familia.

Los niños tienen que aprender desde pequeños a relacionarse con todo tipo de gente, aceptar las condiciones de cada uno y no creer que las suyas son las únicas existentes en el mundo, las más aceptables de todas.

La privada al seleccionar a su alumnado, solo acepta a niños con unas determinadas características y condiciones ¿Qué hacemos con los demás? Si no existieran las escuelas públicas, ¿Qué haríamos con esos niños que las privadas califican como “no aceptables”? Una escuela que quiere educar a unos pero a otros no.

A lo largo de mi vida, sobre todo en mi etapa de estudiante de educación primaria, secundaria y bachillerato, he oído millones de veces a alumnos de escuelas privadas decir que saldrían más preparados, que la enseñanza en dichos colegios es muy superior, despreciando así la escuela pública. Yo pienso que están muy mal informados y realmente me da pena, pena porque es lo que le han inculcado desde pequeños.



En cuanto a la división de sexos en los colegios estoy en desacuerdo, ya que pienso que no existen motivos o aún no los he encontrado ni creo encontrarlos algún día, para tener que separar a niños y niñas.

Apuesto por una escuela mixta con las mismas asignaturas para ambos.



Sobre los alumnos discapacitados, con apoyo de mi experiencia como alumna, en la que he tenido el placer de trabajar con compañeros en el mismo aula con todo tipo de discapacidad, opto porque no estén distribuidos en clases apartes, pues pienso que esto los hace más torpes, deben estar integrados con el resto de compañeros, no hacerlos sentir diferentes y dándole un trato igual. Si necesitan un profesor de apoyo como ayuda extra porque sean sordos, ciegos, etc. que estén con su profesor de apoyo pero siempre en el mismo aula que todos.

Este es uno de los motivos porque me siento orgullosa de haber estudiado en escuelas públicas, he tenido el privilegio de compartir horas con alumnos discapacitados, lo que me hace valorar el esfuerzo de cada uno de ellos y valorar muchas cosas de la vida.



Sobre la religión, apuesto por una escuela laica, en mi opinión es uno de los principios de la democracia, una escuela con libertad de pensamiento.



Por otro lado creo que hemos vivido en los últimos años muchísimos cambios de leyes educativas, cambios constantes que hacen entorpecer la educación. Leyes con ideologías según el partido político que se encuentre en el poder.

Desde mi punto de vista de dicho modo nunca conseguiremos unas buenas leyes educativas, por lo tanto careceremos de una buena educación.



No olvidemos que los alumnos pasan muchas horas en la escuela, por lo tanto, hay que hacer de la escuela un lugar que se sientan cómodos.

Para ello tiene un papel fundamental el maestro, pues es quien pasa las horas junto a ellos. La relación entre profesor y alumno debe de ser con confianza, agradable, siempre respetando la figura del maestro. Este debe dejar a los niños tener iniciativas, dejémoslos pensar, investigar, dejémoslos equivocarse, solo así encontrarán la verdad, dejémoslos que se involucren en las explicaciones y que ellos mismos encuentren el motivo, el por qué de las cosas, no que todo se lo de hecho el maestro.



Aquí tiene un papel muy importante las tecnologías, éstas suponen un adelanto que no solo nos permite comunicarnos, sino también encontrar información de cualquier tema, es por esto por lo que en todas las escuelas debe existir la tecnología, y no solo existir, sino también aprovecharla correctamente.

No olvidemos que estamos en plena era tecnológica y el método de aprendizaje por lo tanto debe variar.



A continuación voy a tratar otro de los puntos que creo que debe cambiarse en la escuela cuanto antes.

El número de niños por aula es muy elevado, dando lugar a que a los alumnos les cueste más mantener la atención, es más fácil que se distraigan y sobre todo será más difícil atenderlos individualmente.

Pienso que sería necesario disminuir el número de alumnos por clase, o aumentar el número de maestros, como por ejemplo dos por aula, así se les prestará más atención a los alumnos y a la vez el maestro podrá trabajar mejor en grupos más pequeños, ya que podrá atender mejor a sus alumnos y sus problemas.

El maestro no solo nos enseña conocimientos, sino también nos formará como personas junto a nuestras familias.

Otro de los inconvenientes que creo que reside en las escuelas, es las clases tan seguidas, el poco o ningún descanso entre clase y clase afecta a la capacidad de concentración del niño y se sentirá agotado y con ganas de terminar la clase. No nos olvidemos que son niños.

Esto podemos evitarlo añadiendo un descanso entre clase y clase de unos diez minutos aproximadamente.

Aquí me gustaría hacer mención de unas palabras que me llamo mucho la atención de la conferencia que vi en clase hace unas semanas, una conferencia del psicopedagogo Franceso Tonucci “Frato”, el cual decía que el tenía una sala  para dibujar en el que la decoración era acomodada al dibujo y otra para leer, escribir, etc. completamente distinta de la anterior, ya que son cosas distintas, se utilizan materiales distintos, etc. así si era posible cambiar el chip. Esto lo aplicaba a la escuela como punto negativo, es decir porque los niños dan matemáticas, dibujo, música, lengua, etc. siempre en la misma aula, los niños también deben cambiar el chip, ya que llegará un momento en el que no sepan en que asignatura están.

Opinión que comparto con este gran pensador. ¿Por qué hay un aula para cada curso y no una para cada asignatura o para cada rama?



No puedo olvidarme del tema de la familia, realmente importante en la educación de los hijos, es muy importante que tengan interés por la escuela. Los padres deben estar tan involucrados como el niño en el aprendizaje de este, los niños deben de notar el apoyo de sus padres, su atención. Al igual que el maestro pueda contar con ellos para tratar cualquier tema sobre sus hijos, para informarles, para mejorar ciertos aspectos, etc. ya que la familia y el profesor son los que más horas pasan con el pequeño.

Pero la familia debe dejar libertad al niño en las decisiones sobre lo que desea dedicarse en el futuro. No digo con esto que no intervengan ayudándolo, aconsejándole, etc. Me refiero que no deben “obligar” al niño a estudiar una carrera que el niño no desee, solo porque ellos le vean más salida o porque les guste más.

Conozco muchos casos que los niños se guían mucho por sus padres, quizás por falta de personalidad, o por miedo, y al final acaban abandonando los estudios. Cada persona debe dedicarse a lo que le guste y esta decisión no es de nadie, nada más que de uno mismo, ya que serán ellos los que tengan que levantarse el día de mañana para ir a trabajar y no sus padres.

Muchos alumnos se encuentran coaccionados por sus padres, dando lugar a la desmotivación y al fracaso escolar.



Para terminar me gustaría hablar sobre la evaluación, un tema de los más complicados desde mi parecer. ¿Cómo evaluamos? Esta es una pregunta que aún no tengo clara, me resulta muy difícil de responder, pero creo que la mejor manera desde luego no es mediante un examen, que cuando los alumnos lo terminan y salen por la puerta a los cinco minutos ya no se acuerdan de nada, porque lo tenían todo completamente memorizado ¿A quien no nos ha pasado esto? ¿Así aprendemos?

Lo peor es que por un examen un alumno se juega una asignatura completa y puede jugarse un curso entero como suspenda dos exámenes finales, lo que quiero decir que el alumno puede repetir el curso entero, retrasándolo un año en su vida escolar. ¿Es esto justo? La respuesta es no. Pero niños mientras no haya nadie que cambie esto, exprimiros el cerebro repasando y memorizando todo tipo de contenidos, que los que tengan mala memoria pierden.



No nos olvidemos que un buen maestro no puede hacer una mala escuela, a pesar de las malas leyes que tenemos. “Francesco Tonucci”.